miércoles, 23 de noviembre de 2011

El Parian

El Parian

La Palabra Parían, significa “Mercado”, voz filipina aplicada en Manila al sitio donde se vendían objetos importados de Europa y Nueva España.
En México durante el siglo XVIII y XIX se construye este tipo de mercados en diversas ciudades. Su importancia radica en el tipo de productos que ahí se comercializaban: telas, zapatos, perlas, entre muchos otros productos finos y de importación.
El parían separa a los compradores comunes de los compradores ricos. A diferencia de los portales comunes, el parián se construye como un edificio cerrado conformado por calles internas y locales para la venta. En todos los casos su construcción está vinculada al fin de la época colonial y a la concentración de riqueza en ese momento. Su construcción se efectúa en centros mineros o centros comerciales importantes.
Destruido en el primer tercio del siglo XIX, el mercado del Parián estaba en lo que sería después el Zócalo. El México de los años treinta del siglo XX era quizá a la vez muy semejante al México decimonónico y hasta a la ciudad colonial. Guillermo Prieto, en Memorias de mis tiempos,
Por aquel tiempo se ordenó y llevó a cabo la demolición del Parián, grande cuadrado que ocupaba toda la extensión que hoy ocupa el Zócalo, con cuatro grandes puertas, una a cada uno de los vientos, y en las caras exteriores, puertas de casas o tiendas de comercio. En el interior había callejuelas y cajones como en el exterior y alacenas de calzados, avíos de sastre, peletería, etc.
En un tiempo los parianistas constituían la flor y la nata de la sociedad mercantil de México, y amos y dependientes daban el tono de la riqueza, de la influencia y de las finas maneras de la gente culta.
La parte del edificio que veía al palacio la ocupaban cajones de fierros, en que se vendían chapas y llaves, cosas y rejas de arado, parrillas y tubos, sin que dejaran de exponerse balas y municiones de todos calibres, y campanas de todos tamaños. Al frente de la catedral había grandes relojerías..., la contra esquina de la 1.ª calle de Plateros y frente del portal la ocupaba la gran sedería del Sr. Rico, en que se encontraban los encajes de Flandes, los rasos de china, los canelones y terciopelos, y lo más rico en telas y primores que traía la nao de china...


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