miércoles, 23 de noviembre de 2011

Plaza el Volador.



En esta imagen se encontraba el Mercado  El Volador y mucho antes la Plaza con el mismo nombre. Un Sitio que constituyó el corazón de las actividades comerciales y de abastecimiento para la ciudad moderna de la época colonial.

El mercado de la plaza mayor El Volador era insuficiente para albergar a mas comerciantes, y a tantos más productos, aunado a esto los regateros que provocaban inseguridad en los compradores así como la sobre utilización de las acequias provocaba la inmundicia y desorganización del tránsito por estas avenidas acuáticas. Era necesario pues, tomar las decisiones adecuadas para administrar este comercio de manera que se ejerciera de forma funcional y con una mejor dirección, sobre todo para higienizar la ciudad, y ordenarla, el Conde de Revillajigedo ordena la concentración de mercados y comerciantes para tener control absoluto del comercio y para cobrar los impuestos de manera más eficiente. De esta manera se traslada el mercado de la plaza mayor a un rincón del centro de la capital, aproximado a la acequia real, en un lugar donde ya se ejercía el comercio pero de forma atomizada. Así nace el mercado de El Volador ubicado enfrente de la Universidad, en la esquina del Edificio de Gobierno para una mejor vigilancia y para comodidad de los habitantes de la ciudad y teniéndolo cerca. Esta plaza de El Volador debe su nombre a que en ese lugar se llevaba a cabo el antiguo juego del volador de fascinación mexica, el dueño de la plaza era el Marques del Valle de Oaxaca, Duque de Terranova y Monteleone quien arrendó el lugar al Barón de Santa Cruz Representante del ayuntamiento de la ciudad en Noviembre de 1789 por cinco años y por 2500 pesos anuales, de esta manera se limpio el lugar. se arreglo y se acondiciono para ejercer el comercio e incluso para llevara a cabo corridas de toros para las ocasiones especiales como la llegada o nombramiento de los virreyes, la entrada a la plaza se empedró y enlosó, se acomodaron cajones y tringlados de madera que más tarde constituirían un peligro por los incendios que su deterioro ocasionaba. Debido a fallas en la administración y en la dirección de este mercado se hizo necesario un reglamento general de los mercados y mercaderes, que se llevó a cabo en noviembre de 1791 por el intendente Bernardo de Bonavia, para el “buen funcionamiento y orden del mismo” que constituye un punto de referencia para el estudio histórico de los mercados. Así se constituyó el principal centro de abastos de la ciudad de México después del de la plaza mayor y el de Tlatelolco.
En la época de la colonia se trataba  contar con espacios comerciales ordenados y eficientes ha sido una batalla ancestral. En uno de los primeros intentos para lograrlo, a finales del siglo xviii se construyó el mercado de El Volador, donde ahora está la Suprema Corte de Justicia de la Nación, justo en la desembocadura de la Acequia Real. Más de un siglo después, en la década de 1860-1870, se volvió insuficiente y vendedores ambulantes inundaron la Plaza Mayor y los alrededores. Registros de esos años resguardados en el Archivo Histórico de la Ciudad de México contienen inconformidades como esta: “con este mercado se obstruye completamente el paso del público, a las cabalgaduras (sic) y los coches (…). Además las canoas que transportan maíz, carbón y demás mercaderías no pueden desembarcarlas y cuando llegan a conseguirlo es después de mucho trabajo (sic) y riñas con los vendedores”.En 1860 se pensó en reubicar El Volador para concentrar todo el comercio que se había diseminado en sus alrededores. Ante la falta de lotes baldíos, y dada la desamortización de los bienes de la iglesia, se escogió el espacio que ocupaban la escuela, templo y parte del convento de La Merced, por su cercanía con el Puente de Roldán. Al mercado se le bautizó como La Merced en honor a Santa María de la Merced, advocación de la Virgen María venerada en la parroquia derruida –que estuvo ubicada en la hoy plaza Alonso García Bravo. Durante la Colonia y hasta finales del siglo xix, el puente de Roldán fue el principal puerto interior de la Ciudad de México, y estaba donde confluyen las calles de Roldán y Venustiano Carranza. Ahí convivía con la Alhóndiga, el mayor almacén de granos de la capital de la Nueva España. Al puente acudían los vendedores de los tianquixtli (tianguis) para surtirse de granos en la Alhóndiga, y de vegetales y hortalizas en las embarcaciones. El mercado de La Merced inició sus funciones a la intemperie en 1861; su
construcción se terminó en 1880. Se le hizo demoler en 1957, cuando se inauguró el conjunto comercial ubicado sobre Anillo de Circunvalación, que también conocemos como Merced.

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